domingo, 23 de septiembre de 2012

Visitando al viejo

- Cuéntame acerca de esa noche otra vez, papá.
 
Respiró hondo y sonrió. Mirando al techo comenzó a hablar.
 
- Ella estaba pensando en ti ese momento. Me dijo que te parecías demasiado a mí, pero que lo importante era que estabas sano. Siempre hacía la misma broma. Entonces me pidió un cigarrillo. Lo puso entre sus dedos y lo vió como si fuera una cosa preciosa. Lo encendió. Cerró los ojos con la primera bocanada de humo. Ese fue su cielo. Yo lo supe, fue poético. Sus ojos cerrados y el cuerpo doblado, arrodillada a mi lado. El auto a nuestras espaldas recibía nuestras sombras. Tu mamá me tragó en su silencio bendito, en esa pausa religiosa y lento movimiento con el que retiraba el cigarrillo de sus labios y dejaba ir el mundo. Con cada nueva chupada que le daba yo respiraba también. Si la hubieras visto en su gozo tremendo... Sentía su calma bajarme por la garganta y amontonarseme en el pecho. Y sus ojos cerrados. Ella, tan perfecta, hermosa. Yo veía solo su costado y la oscuridad complementaba el cuadro. Esa maldita pasión con que sujetaba el tabaco, la paz inexplicable que nos recorría el cuerpo. Era como si estuviera colgada en él para no caer al vacío. Luego, otra bocanada eterna. Abre los ojos, me mira sonriendo y por último mira el cielo. Le dije que ya era hora. Sacamos las armas, nos dimos la vuelta y nos paramos. Del otro lado, todos los patrulleros que nos habían perseguido. Comenzamos a disparar. Hasta donde vi, tu mamá le dio a tres, yo iba por la misma cantidad. Ahi fue cuando me hirieron y caí. Desde el suelo la veía seguir, con ese gesto de que ya nada más quedaba por perder. Se le terminaron los disparos...
 
- ...y le dieron.
 
- Sí. La bala y su silencio. La caída en cámara lenta, a mi lado, ojos abiertos de un negro profundo. Quedé inconsciente apenas rozar su mano. Cuando desperté quise estar muerto también, no en el hospital, no aquí.
 
- La prisión no está tan mal, te respetan.
 
- Lo único que tengo de bueno ahora es tiempo para recordar ese momento. Debiste conocerla. Un arma y su cigarrillo. Tu y yo. No hacía falta más en su mundo.

Me gusta que me cuente esa historia cada vez que lo visito. Lo único que comparto con él es ella. Y ese recuerdo, como si yo hubiera estado ahí, es el más nítido que guardo.

10 comentarios:

  1. La negrura permanece aquí indefinidamente: acabo de leer, casi por encargo, un conato de novela negra intragable de unas 250 páginas. Lo reseñaré, pero no en mi blog. Aquí, en menos de una página, más talento, más sugerencia, más negrura. Puro Bonnie and Clyde, amigo.

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    1. Gracias, Francesc, favor que me haces. Voy por la temporada 5 de Breking Bad, mirando sin descanso capítulo tras capítulo. Muy buena. Y claro, te quedan los recuerdos, las ideas. Este texto, de alguna manera, tiene mucho de Walt y Skyler así como de Bonnie y Clyde.
      No deje de venir!

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  2. Muy Bueno. Este lo puede filmar Tarantino, o no les gusta ese director? O Robert Rodríguez? Casi que pude ver los cartuchos reventándose contra el suelo. Muy bueno, Chief!

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    1. Germán ya me recomendó a Robert una vez, pero estoy esperando su llamada, sino pensará que le sale barata la compra de la idea. Gracias por pasar, Villa!

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  3. Me gusta mucho la narración de la escena. Es muy vivida. ¡Bien Ronny!

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    1. Un placer escribir y que guste. Se les espera siempre con la puerta abierta. Saludos!

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  4. Muy bueno! Me gusto mucho. Cada uno con sus historias: yo me imaginé a un par de revolucionarios. Pero claro, lo más probable en ese caso es que no hubiera habido sobrevivientes.

    Abrazo!

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    1. Algo de revolucionarios han de tener, tan conservadores no parecen estos viejos.
      Abrazo de vuelta, Talita!

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  5. Notable Ronny. No me imaginaba la sorpresa de la cárcel! Bien pensado.

    Si querés ver a Robert y Tarantino juntos, Death Proof, si mal no recuerdo se llamaba así, y Four Rooms, en el que está para mí una de las cosas más geniales que hizo Tarantino. SUBLIME.

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    1. Tendré en cuenta ambas películas, Sigma.
      Gracias por pasar y leer. Un gusto.
      Abrazo!

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