jueves, 2 de febrero de 2012

Tulsa

Contigo cierro los ojos, aquí en cama me quedo.
 Tu voz se mueve en el espacio de un susurro.
Qué suave eres, que tierna! Pero esa fragilidad es ilusión.
Un centro cargado de pensamientos, dolores sin lugar específico, ataques de ironía.
Rápidas palabras, un insulto, un trago. Mil tragos amargos, ninguno que no haya dejado melancolía.
Y no la tiras, no gritas felicidad, no sonries todo el tiempo, solo sonries si es sincero. 
Puteaste dos, tres veces, cien. Puteaste para que te dejen en paz. Cantas, cantas.
No crees en ángeles pero sabes que están allí. Todo lo qe digas está bien. Todo lo que hagas...
Por qué me estremeces? Por qué me percato de que tengo ojos y garganta cuando hablas?
Son éstas lágrimas?
No, es agua salada, parte del mar del que tu y yo venimos. Tu y yo, unos cuantos (pocos, quizá) más.
Te conozco mejor en una nota, que en los acordes que ellos dejan desaparecer.
Soy medio ciego, mudo, un tanto sordo. Y tambien tú. De ti nace el sonido...
Que suave eres, que frágil! Pero es solo una ilusión. Allá lejos donde te encuentras, lejos de mí pero más cerca que muchos.
No me necesitas, no sabes que estoy aquí, y yo no te necesito, yo no te conozco, yo te escucho y esta es la parte que me importa...

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